Por Miguel A. Tomalá P.
DIRECTOR DE ANALISIS EDICIONES
En los últimos meses se ha venido hablando mucho de las falencias que existen en los niveles educativos del país respecto a los procesos de investigación. Esta situación se hace más evidente a nivel de la Educación Superior donde las Universidades han sido calificadas en varias categorías, siendo uno de los principales indicadores los resultados obtenidos por programas de investigación, dejando una gran tarea para los próximos años y así estar a los niveles que plantea la nueva Ley. El Gobierno Nacional por su lado está impulsando el desarrollo de la investigación a través de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (SENESCYT). Al mismo tiempo es imprescindible que la sociedad en su conjunto observe la importancia que los procesos investigativos tienen en los diferentes campos del quehacer académico, económico, empresariales, institucionales, etc.
Un primer elemento a considerar es el aspecto conceptual de la investigación a la que se la considera como “un proceso que, mediante la aplicación del método científico, procura obtener información relevante y fidedigna (digna de fe y crédito), para entender, verificar, corregir o aplicar el conocimiento”
Un segundo aspecto a observar es que hay una lista importante de actores de la sociedad que están o deben estar involucrados en tareas permanentes de investigación. Tal es el caso de las Universidades, Institutos de Investigación, Ministerios, Fundaciones, Profesores, Estudiantes, Organismos de Desarrollo, Profesionales, Gremios, Empresas, Instituciones Públicas y privadas, etc. Cada uno de ellos con la labor importante de generar nuevos conocimientos a través de la aplicación de métodos, técnicas y herramientas de investigación.
Lamentablemente la realidad nos muestra que la mayoría de estos actores no están cumpliendo o no realizan acciones tendentes a la aplicación de procesos investigativos. Existe una serie de factores que impiden que los principales actores del quehacer académico, institucional y empresarial generen este tipo de actividad.
Una primera razón, quizás la más importante de todas, es la limitada asignación de recursos económicos, tanto a nivel personal, familiar, empresarial y Estatal; en otras palabras existen instancias a nivel privado donde no se asigna un presupuesto para actividades de investigación; de igual forma a nivel gubernamental los valores que se destinan a este rubro son exageradamente mínimos, de manera especial en países pequeños como Ecuador, cosa que no ocurre en los países denominados desarrollados. Las estadísticas a nivel internacional indican que países como Japón, Corea, estados Unidos, Singapur, entre otros destinan entre el 2 al 3% del PIB a proceso de investigación y desarrollo (I&D), lo que en términos absolutos representan sumas importantes de dólares ya que el nivel de producción de estos países también es alto. Por ejemplo, según datos del FAM, el PIB de Estados Unidos alcanza los 16.762.600 millones de dólares; el de Japón los 4.923.761 millones de dólares.
En la región latinoamericana los países no destinan mayores cantidades de dinero para I&D, llegando al porcentajes del PIB que no superan el 1% y muchos están por debajo del 0,5%. Según datos al 2008 de la Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Tecnología el gasto en ciencia y tecnología de toda la región llega al 0,21% del PIB. A nivel de Ecuador la SENACYT señala que se destina a gasto de I&D el 0,23% del PIB (Año 2007), indicando que esta tendencia se mantuvo para los años 2008 y 2009.
Con un grupo 50 jóvenes estudiantes del primer semestre “B” de la Facultad de Economía-ULEAM se realizó un taller con el objetivo de analizar la problemática de la investigación en nuestro medio y determinar los factores que limitan el desarrollo investigativo en la diversas instancias, los resultados producto de este ejercicio son: la investigación no es una actividad rentable, la falta de interés, no hay centros de capacitación exclusivos para investigadores, el nivel académico en los diferentes niveles educativos en muchos casos es muy bajo, no hay transferencia de conocimientos desde los países desarrollados donde si realizan investigación, no ha existido apoyo del Estado, no hay hábito de investigación en los países subdesarrollados, en muchas ocasiones no se realiza investigación por la complejidad de los procesos y la exigencia de resultados, lo que requiere una serie de recursos, por la conformidad de profesionales y estudiantes respecto al conocimiento que logran alcanzar, falta de profesionales que orienten los procesos de investigación, no existen a nivel institucional, empresarial, gremial programas permanentes de investigación lo que genera a su vez falta de motivación en los nuevos estudiantes y profesionales, no hay interés mutuo a nivel de organismos, instituciones, profesionales, etc. para el desarrollo de procesos de investigación, no existe liderazgo para la motivación a la investigación, a nivel de la docencia no se generan incentivos ya que los profesores tampoco tienen hábitos permanentes de lectura y por ende de investigación, no existen financiamiento para programas de investigación, el desembolso de dinero en la investigación es considerado como un gasto y no como una inversión, la búsqueda continua de generación de ingresos económicos ocasiona que no exista tiempo para tareas de investigación.
Adicional a ello se pueden agregar otros factores como: hacer investigación no es una actividad rentable, el costo de investigar es muy alto, a nivel estudiantil existen trabajadores que estudian y no estudiantes dedicados cien por ciento a la búsqueda del conocimiento, no existen la investigación como una actividad permanente que pueda generar un campo ocupacional, el nivel de lectura a nivel general es muy bajo lo que no permite el incentivo hacia la búsqueda del conocimiento vía investigación, la falta de especialización en metodologías, técnicas y herramientas de investigación, entre otros.
Todos estos aspectos, de acuerdo a la óptica del taller ocurren en nuestro medio y en muchos de los casos a nivel país, dejando una multiplicidad de efectos tanto a nivel de la nación en su conjunto como a nivel empresarial, profesional, institucional y estudiantil.
Se considera que si desde las esferas gubernamentales y de las instituciones educativas, que son las llamadas a incentivar el desarrollo de la investigación, no se realizan los esfuerzos tanto económicos como académicos la investigación en el país seguirá siendo una realidad muy lejana y seguiremos aportando muy poco al desarrollo del país, mientras otras naciones ven nacer nuevas posibilidades de crecimientos por la vía de la investigación.