lunes, 22 de junio de 2009

Después de la crisis: qué?

Por Miguel A. Tomalá P.
DIRECTOR DE ANALISIS EDICIONES

La economía mundial desde el año 2008 viene experimentando una severa crisis que tuvo sus inicios en el desequilibrio del sector inmobiliario de Estados Unidos y que luego repercutió al sector financiero, mercado de valores hasta llegar a incidir en los mercados internacionales y las economías nacionales a nivel global.
Frente a esto podemos conceptualizar a la crisis económica como “aquellos momentos que se caracterizan por una situación sumamente depresiva de la evolución de un proceso económico en el que prima la recesión”, situación que se viene dando en la mayoría de los países y que empieza a tener efectos negativos en el funcionamiento de las empresas, en las exportaciones de bienes y servicios, en el encarecimiento de los productos en los mercados internos, en el incremento del desempleo producto del cierre de empresas grandes y pequeñas, en la disminución de las remesas de los migrantes y en fin en el nivel adecuado de los principales indicadores macroeconómicos, afectando a la larga el nivel de vida de la población.
También hay que recordar que la economía mundial, dentro del sistema capitalista, no es la única oportunidad que pasa por un tiempo de crisis profunda. La primera vez ocurrió en la década de los años 30’ en la denominada “Gran Depresión” que tuvo serios impactos el sector empresarial y sobremanera en el desempleo mundial. La segunda ocasión sucede en los años 70’ en la que se llamó la “Crisis Energética” de los países desarrollados que degeneró en un proceso inflacionario que provocó un periodo de estancamiento y la del 2008, que viene a constituirse en la tercera oportunidad que se manifiesta un proceso de crisis a nivel mundial. En la década de los años 90’ hubieron crisis como la brasileña, asiática, mexicana, rusa, argentina, pero que no tuvieron una dimensión mundial y por lo tanto sus efectos fueron contrarrestados en poco tiempo.
Frente a lo que sucede en estos últimos meses, cada uno de los gobiernos a nivel de América Latina, Europa, Asia, han implementado una serie de medidas para tratar de que los efectos tengan la menor repercusión en la estabilidad económica, en el desarrollo de la producción y en el nivel de vida de la población. A nivel de Ecuador, el Presidente Rafael Correa, ha diseñado algunas estrategias para que el país sufra los menores impactos. Entre las alternativas utilizadas tenemos el aumento de los aranceles a un determinado grupo de productos cuyo objetivo final es proteger la industria nacional frente a productos de terceros países; aumento del impuesto a la salida de capitales, apertura de líneas de crédito a través de la Corporación Financiera Nacional (CFN), medidas en relación al pago del Impuesto a la Renta, devolución de fondos de reserva cuya finalidad es incentivar la demanda agregada, entre otras.
Sin embargo, según datos estadísticos si existen indicios de que los efectos se están sintiendo. Por ejemplo, la caída del precio del petróleo ecuatoriano de 114,3 dólares el barril en julio del 2008 a 36,3 dólares a fines de diciembre/08 y a los 30 dólares en promedio, en el primer trimestre del 2009 febrero/09, disminuyó los ingresos fiscales en un 68.3% en el último trimestre del 2008 pasando de los 303.1 millones de dólares a 95.9 millones; a su vez en el primer trimestre del 2009 el Estado recibió por ingresos petroleros la cantidad de 303 millones de dólares; todo esto ha dificultado la labor del gobierno para cumplir con los gastos y sobre todo con el avance de obras, teniendo que recurrir a alternativas como la deuda interna vía recursos del IESS, a disponer de los recursos de la Reserva de Libre disponibilidad y en los últimos meses considerar la posibilidad de adquirir crédito externo.
Por su parte las exportaciones totales del país entre octubre/08-marzo/09 tuvieron una caída del 25.1%; disminución que tuvo mayor impacto en las exportaciones petroleras que disminuyen en un 47.4%, variación que es menor para las exportaciones no petroleras que caen en un 9.6% en el mismo periodo. Entre las causas están, por un lado la disminución de la demanda en los mercados internacionales y por otro la caída de precios de los productos en los mercados internacionales. Estos resultados han llevado a que el sector externo evidencie saldos negativos en la balanza comercial en todo el semestre octubre/08-marzo/09, situación que no sucedía desde el año 2003.
En cuanto a las remesas, que se han constituido en un pilar para sostener la dolarización y el nivel de consumo e inversión en algunos sectores de la economía, en el último trimestre del 2008 sumaron los 643.9 millones de dólares, disminuyendo en el primer trimestre del 2009 a los 554.5 millones de dólares, lo que representan una caída del 13.8%.
Finalmente el resultado de los efectos se verá con mayor claridad en el nivel de crecimiento que experimentará la economía en el año 2009, toda vez que para el año 2008, a pesar de la crisis internacional según datos del Banco Central, la tasa de crecimiento fue del 6.5% y según estimaciones de la Cepal al finalizar el presente año la economía habría crecido en un nivel inferior al 2%.
Si bien es cierto que quien está llamado a hacerle frente a cualquier periodo de crisis económica es el Gobierno, es importante el aporte que pueda hacer cada uno de los agentes y sectores económicos. Es indudable que las limitaciones que provoca la crisis generan problemas en la demanda lo cual provoca disminución de las ventas a nivel de las empresas, problemas para recuperación de cartera y por ende disminución en el consumo lo que acarrea a la larga que un grupo importante de personas pierdan sus empleos
Hay que considerar además que, después de la crisis económica que se está viviendo, según el criterio de Galo Abril Ojeda, “la política económica debería además de considerar las causas coyunturales internas y externas, aplicar las reformas estructurales que permitan consolidar un proceso de desarrollo con mejor distribución, recuperación sostenida del crecimiento, empleo, reactivación productiva, ingresos tanto del sector público como privado que permita eficiencia económica a la par de la justicia social”. El gobierno ha presentado un plan para los próximos cuatro años. Lo que se espera es que este realmente apunte al cambio de los problemas estructurales que la economía del Ecuador ha mantenido por muchos años.